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Titulo/ocupación: Consejera profesional (LPC-Intern)
Licenciatura: Maestría en Ciencias de la Salud Mental
Hobby favorito: pasar tiempo con mi familia
  • En pocas palabras, cuéntame un poco sobre ti.
    Soy una persona apasionada en todo lo que hace, me gustan los retos y cumplir metas. Estoy casada desde hace 12 años; soy madre de un niño de 11 años y de una niña de 7. Me considero agradecida con Dios por todas las bendiciones y oportunidades que me ha dado, y por lo mismo disfruto cada día al máximo. Una manera de ser agradecida es compartir lo que has aprendido  y trabajar por los más necesitados.
  • ¿Cómo llegaste a interesarte en esta carrera/profesión?
    Desde que estaba en la escuela secundaria me salía esta profesión en los exámenes vocacionales. Siempre me ha gustado escuchar a los demás, es mi manera de aportar mi granito de arena en un mundo con tantas necesidades.

  • ¿Como empezaste a involucrarte en Casa de Misericordia?
    Estaba estudiando mi maestría en Ciencias de la Salud Mental y me ofrecieron hacer mis horas clínicas de práctica aquí, recuerdo estaba muy emocionada porque siempre he estado comprometida con la causa de la violencia doméstica y fue para mí una oportunidad de aprender mucho más sobre este tema. Además de aportar ayuda
  • ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
    Primeramente que estas ayudando a un ser humano a mejorar su calidad de vida, que es precisamente el objetivo principal de esta profesión. Me encanta aportar nueva información a mis pacientes/clientes y saber que su mente ya no será la misma de antes.
  • ¿Qué consejo le darías a alguien si sufre violencia doméstica? O Qué es una cosa que te gustaría compartir con la comunidad de Laredo sobre la violencia doméstica?
    Que no hay excusa alguna que justifique la violencia. Hay quienes dicen “solo me pega de vez en cuando” y debemos saber que eso no es válido. Nadie merece vivir en esas condiciones que solo van a empeorar tu vida. Todo ser humano merece vivir en un ambiente de amor, paz y tranquilidad; y que donde no hay esos tres componentes, no hay vida. Que deben saber que existe ayuda y hay salida, pero que cada quien va a tomar la decisión de cambiar su rumbo cuando esté listo, los tiempos de todos son distintos. Pero la decisión es solo propia. Vence el miedo.